Alli donde se anidan nuestros pecados, dulces como el dolor, como la sal en una herida.
Donde decimos en excesos y la voluntad los hechos, sensual locura bajo la luna llena y el sudor en la oscuridad.
Alli donde la lujuria se desata en besos y tormentos, en un paraiso de piel y sabores, decido sacrificar lo noble y renacer en pesadillas romanticas como antecesora del deseo y recurdo.
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