A veces todo lo que puedo sentir es lo invisible, que me acaricia
tan fino como el aire en mi cuerpo, una simple remembranza,
tan invisible como yo en este mundo, mi mundo de injusticia
en un desierto inundado con voces que gritan a mis oídos des esperanza.
Fragilidad es caminar en puentes de cálidos suspiros, pues desaparecen con un adiós
y se convierten en pasadisos fantasmales y jardines grises,
cosas que no puedo decir con un abrazo, solo cuando se trata de dos
y un frío suspiro le da la bienvenida a la soledad y sus helados matices.
Hablo de amor y de encuentros en mi mente, de ilusiones y fantasía,
a veces los fantasmas hacen su presencia con lágrimas y pintan otro rostro
y con el, juega la angustia que lo retrata con un marchito sabor a melancolía,
quiero volar y darle vida a mi corazón y después caer y desaparecer sin rastro.
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