Congelado por la humeda tierra
golpeo las cuatro paredes del inmortal silencio,
ebrio de locura me encerre en este eterno manicomio
donde el frio, el silencio, la soledad me despojan del respiro.
Algun buen hombre me abrira los ojos
pero en el mundo no hay buenos hombres, solo los muertos,
siento pequeñas criaturas arrastrandose en mi cuerpo,
es el sudor del miedo que hasta los gusanos temen.
En una orgia de sueños intento gritar
pero mi cuerpo es inerte a estos impulsos
¡que alguna maldita luz me quite esta oscuridad!
¡que la muerte me saque de este podrido calabozo!
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