Un resplandor acaricia mi rostro, no hago movimientos, pero siento el calor que cubre lentamente mi cuerpo, es el sol, otro dia mas y yo en mi refugio donde el frio es mi acompañante.
No me molesta, ya me acostumbro a este estado cada dia cuando mi imaginacion y recuerdos pintan las paredes de mi habitacion, de mi prision.
El olor extraño a incienso y tabaco hacen una atmosfera fria y sombria, una botella abierta de licor en el suelo alimenta el agrio aroma de esta fantasmal escena, mi teatro macabro.
En esta obra abundan fantasmas del pasado, criaturas de mi imaginacion, cacofonias en ondas sonoras y el frio, ese frio que me convierte en un cadaver.
Ya no soy yo, mi mente se extingue, mi letras escribiran...olvido.
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