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martes, 2 de diciembre de 2008

Encuentros I

Dispuestos a entrelazar nuestros humedos labios
bajo una tormenta de pasiones reprimidas,
y las miradas de Eros y Afrodita, Adan y Eva
quienes nos incitan a provar del fruto prohibido.
Ahi estas, con los ojos abiertos, esperandome,
la anziedad vence equivocamente a la confianza.
Te veo acostada, envuelta en sonrisas pasajeras
con los brazos abiertos, invitandome a tu lado.
En segundos me convierto en fantasma, ahi parado viendote,
tu mirada me congela, paraliza mis sentidos.
Sin embargo anzio tocarte como nadie lo ha hecho
provocarte como en tus sueños ajenos a la realidad.
Te veo acostada, desnuda, envuelta en perfumes que me llaman
ardientes perfumes que invocan a la lujuria,
pero ahi estas, con las piernas abiertas, esperando mis caricias
mis besos, mi cuerpo, mi calor.
Estrechemos nuestros labios con un profundo beso
que nuestros respiros se hagan agitados.
Bebamos del licor de nuestros labios y embriagemos,
que nuestros cuerpos sean la carcel de nuestro pecado.
Mis manos se deleitan con la miel de tu flor
en una sinfonia de gemidos y suspiros
y recorro tus caderas y muslos con besos
como lo hago en tu cuello y tus pechos con la punta de mi ardiente lengua.
Te veo con los ojos cerrados, me abreazas fuerte
pero no digo nada, porque me gusta verte
te adoro en silencio mientras siento tu piel
te veo con los ojos abiertos ,suplicandome no alejarme.

Me siento dentro de ti en un extasis sin nombre
me encuentro contigo en esta noche, sin palabras
pero te siento humeda, con fuego y ternura
te siento aferrada a mi asi como yo lo estoy contigo.
Aferrados de encontrarnos mañana o cien años despues
pero el tiempo te hara un velo de colores,
donde mariposas negras te hagan sentir mi prescencia
y dormiran entre tus piernas hasta despertarte con una caricia.
Te veo desnuda, dormida y cansada
observo silenciosamente tu tierna y espectral figura.
Nos veremos mañana o cien años despues
para traer estrellas de colores y con ellas adornar tu cuerpo,
para que las mariposas negras te vean y duerman entre tus piernas
y con ellas sientas mis manos y aguardes mi prescencia.

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